Durante la noche, una tipica tormenta de verano hizo acto de presencia en Madrid. Lluvia fuerte y un superviento. Pero la pasamos dentro de las tiendas sin más problemas que los tipicos de guardar todo el material que habia fuera y apretar bien los vientos.
Desayunamos (y nos cargamos de más desayunos que sobraban del campamento) y recogimos y desmontamos las tiendas. Luego saqueamos las mochilas de los peregrinos que sobraron (porque es que a nuestros pios le hemos inculcado ese espiritu Barrio Peral que nos caracteriza) de camisetas y abanicos del JMJ.
Luego nos fuimos al IFEMA donde ibamos a dormir la ultima noche en Madrid antes de volver. Alli tambien debo de decir que fue un poco caotico. Tampoco lo tuvieron muy claro los de la organizacion. Tuvimos que esperar mucho y luego resulto que debiamos de pagar cuando en ningun momento no los habian comunicado. Pero despues de esperar un buen rato e instalarnos en dos pabellones del recinto ferial (separado por sexos) nos cogimos los bañadores y las toallas y nos fuimos a la piscina a pasar el todo el dia disfrutando de ella. Fue una forma de agradecer el buen comportamiento de nuestros chavales y de relajarnos todos juntos de las colas, los nervios a veces, del trabajo y en general de los ultimos dias duros del campamento. Asi que lo pasamos genial porque la piscina estaba muy vacia y los niños se divirtieron de lo lindo.
Noche, tras cenar, de vuelta al IFEMA y dormir para el dia siguiente salir con nuestras mochilas y regresar a Francia.